Un día me regalaron una cámara fotografica digital. Desde ese día no la solté más, la llevaba a todos lados, sacaba fotos a mis amigos, a los edificios, a la gente y a cualquier cosa que me pareciese fotografiable. Mas otro día me di cuenta que mis recuerdos comenzaron a confundirse con las fotos que había sacado. ¿Mi ojo se había fundido con el lente? No lo sé. Entonces decidí dejar la cámara en casa y mirar con mis ojos.

1 comentario:

Rocío Sandoval-Vines dijo...

a veces creo q mis ojos se fundieron con mis lentes y toda mi realidad esta determinada x lo q cree mi oculista